Easter Message 2019
A car accident. A hurricane. A medical diagnosis. Political turmoil. An unexpected tragedy. These may be examples of times when we think about death. When my wife Aura and I were recently in a car accident, I thought about death. I was overwhelmed with pain. I felt trapped. It felt like the grip of death. My heart aches for the communities in the Panhandle who continue to be affected by the devastation of Hurricane Michael, the communities in Venezuela continuing to be affected by political turmoil, and for all those who suffer in small and large ways—all those who know this grip of death. We have plenty of evidence that death and suffering are common to all humanity.
And yet, we have hope. Even in the midst of suffering, the hope of the Resurrection sustains and strengthens us. The power of the Gospel is that we can sit, kneel, or stand alongside one another in the midst of suffering and proclaim that because Christ is alive, we have hope of life.
In the minutes and hours after my car accident, I was thinking about death. When the doctor shared the results of follow-up tests, I received an incredible and unexpected gift—LIFE. I shifted from thinking, “this is it…I’m going to die” to realizing, “I am alive. I’m going to live.” What an incredible feeling!
For some, this proclamation of life is immediate—the way we often tell the story of Jesus’ resurrection. In reality, I know that for many who experience suffering, the experience of resurrection is NOT immediate. The time between Good Friday and Easter Morning seems to go on and on.
And yet, we have hope. The power of the Gospel is that—even when we are in the midst of suffering that does not feel like it will end—we have the message of the resurrection and the powerful presence of Christ who suffers with us. You will live because Christ is alive. The hope of the resurrection gives us hope.
Dear friends, may the hope of the Resurrection strengthen and sustain you today. May the presence of the resurrected Christ be with you in your journey. And may you be inspired to walk, sit, stand, or kneel with others as, together, we declare to the world, “Christ is risen indeed, Alleluia!”
In Christ,
+Pedro
Bishop Pedro M. Suarez
Mensaje de Pascua 2019
Un accidente automovilístico. Un huracán. Un diagnóstico médico. Agitación política y social. Una tragedia inesperada. Estos pueden ser ejemplos de momentos cuando pensamos en la muerte.
Cuando mi esposa Aura y yo tuvimos recientemente un accidente automovilístico, pensé en la muerte. Estaba sobrecargado de dolor. Me sentí atrapado. Me sentía como en las mismas garras de la muerte. Por otro lado, me duele en el alma las comunidades del norte del estado aquí en la Florida que continúan viéndose afectadas por la devastación del huracán Michael, las comunidades de Venezuela que continúan viéndose afectadas por la agitación socio-política, y por todos los que sufren a menor o mayor escala, todos los que saben lo que es estar en las agarras de la muerte. Tenemos mucha evidencia de que la muerte y el sufrimiento es el común denominador de toda la humanidad.
Y sin embargo, tenemos esperanza. Incluso en medio del sufrimiento, la esperanza de la Resurrección nos sostiene y nos fortalece. Por el poder del Evangelio es que podemos sentarnos, arrodillarnos o estar uno al lado del otro en medio del sufrimiento y proclamar que debido a que Cristo está vivo, tenemos esperanza de vida.
En los minutos y horas posteriores a mi accidente automovilístico, estaba pensando en la muerte. Cuando el médico compartió los resultados de las pruebas de seguimiento, recibí un regalo increíble e inesperado: VIDA. Pasé de pensar, “Listo … me voy a morir” a darme cuenta que, “estoy vivo. Voy a vivir “. ¡Qué increíble sensación!
Para algunos, esta proclamación de vida es inmediata, como cuando contamos la historia de la resurrección de Jesús, apenas en tres días. En realidad, sé que para muchos que experimentan sufrimiento, la experiencia de la resurrección NO es inmediata. El tiempo entre el Viernes Santo y la Mañana de Pascua parece como que no va a llegar.
Y sin embargo, tenemos esperanza. El poder del Evangelio es que, incluso cuando estamos en medio de un sufrimiento que no parece que va a terminar, tenemos el mensaje de la resurrección y la presencia poderosa de Cristo que sufre con nosotros. Vivirás porque Cristo está vivo. La esperanza de la resurrección nos da esperanza.
Queridas amigas y amigos, que la esperanza de la Resurrección nos fortalezca y nos sostenga hoy. Que la presencia del Cristo resucitado esté contigo en tu viaje. Y que te sientas con la inspiración necesaria para caminar, sentarte, pararte o arrodillarte con otros mientras, juntos, le declaramos al mundo: “¡Cristo, en verdad, ha resucitado, Aleluya!”
En Cristo,
+ Pedro
Obispo Pedro M. Suarez