¡Saludos! Me alegra que haya decidido ver esta reflexión sobre la lectura del Evangelio de este domingo. Jesús habla sobre el Reino de los Cielos y lo describe con una historia de siembra y cosecha. Acompáñeme mientras leo los primeros 7 versículos.
El Santo Evangelio según San Mateo el capítulo 13 (13: 24-30) ¡Gloria a ti, oh Señor!
“Jesús les contó esta otra parábola: «Sucede con el reino de los cielos como con un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero cuando todos estaban durmiendo, llegó un enemigo, sembró mala hierba entre el trigo y se fue. Cuando el trigo creció y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. Entonces los trabajadores fueron a decirle al dueño: “Señor, si la semilla que sembró usted en el campo era buena, ¿de dónde ha salido la mala hierba?” El dueño les dijo: “Algún enemigo ha hecho esto.” Los trabajadores le preguntaron: “¿Quiere usted que vayamos a arrancar la mala hierba?” Pero él les dijo: “No, porque al arrancar la mala hierba pueden arrancar también el trigo. Lo mejor es dejarlos crecer juntos hasta la cosecha; entonces mandaré a los que han de recogerla que recojan primero la mala hierba y la aten en manojos, para quemarla, y que después guarden el trigo en mi granero.”
El Evangelio del Señor. Alabanza a ti, oh Cristo!
Gracia y paz son a ustedes de nuestro Padre en los cielos, y de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Este año 2020, además de pasar a la historia como el año del Covid 19, también es un año de elecciones presidenciales aquí en los Estados Unidos. Vemos promociones de candidatos en todos los medios. Sé que algunos se están cansando de escuchar anuncios publicitarios al respecto, y la iglesia es el último lugar donde queremos escuchar sobre discursos partidistas y no debemos hacerlo. Bueno, en el Evangelio de hoy escuchamos a Jesús hablar sobre su mensaje principal, el que habló desde el principio hasta el final: El Reino de los Cielos. Hasta donde yo sé, un Reino es una forma de gobierno. La comunidad que escribió el Evangelio según San Mateo mostró el lado político del mensaje de Jesús. Presenta una comprensión alternativa a las decisiones gubernamentales opresivas de su tiempo. Hoy escuchamos la palabra política y lo que la mayoría de la gente escucha es partidos. No, sabemos que hay una separación entre la iglesia y el estado, pero la política y la religión son diferentes y forman parte de nuestras comunidades. No voy a apoyar una línea partidista u otra con mi mensaje hoy, ya que cada uno tiene nuestra opinión y la mayoría de nosotros ya hemos tomado una decisión. Por lo tanto, quiero compartir sobre el reino del que Jesús estaba hablando: el Reino de los Cielos. Un reino para el aquí y ahora, y también para el allá y el después, y el impacto divisivo del Imperio de Dios. Jesús compara el Reino de los Cielos con alguien que sembró buena semilla en un campo y vino un enemigo y sembró mala hierba y crecieron juntas. Hay una advertencia clara sobre los peligros de las dicotomías como “nosotros o ellos”, “cuerpo o alma”, “bien o mal”, “blanco o negro”. Al usarlos estaríamos dividiendo nuestro mundo en dos bandos. Todavía hacemos lo mismo: republicanos o demócratas, liberales o conservadores, usar tapabocas o no usar tapabocas, aquellos que desean abrir las escuelas o aquellos que no quieren abrir las escuelas, aquellos que quieren tener misa en persona o quienes solo quieren escuchar la Palabra de Dios en linea. ¿Es realmente tan simple la cosa como personas buenas o personas malas? Recuerdo que el Obispo Mike Rinehart, del Sínodo de la Costa del Golfo, una vez predicó sobre esto y citó a Martin Lutero llamándonos “Corpus Mixtum”, o sea cuerpos mixtos porque no todos somos enteramente buenos y no todos somos enteramente malos. ¿Qué pasa si en ese fuego expresado al final del Evangelio todo lo malo se quema dejando solo lo bueno en nosotros? Aún más, el sembrador les dijo a los esclavos que “dejaran que ambos crecieran juntos”. ¿Escuchaste? ¡Que ambos crezcan juntos! Habla sobre la diversidad que hay en el Reino de los Cielos aquí en la tierra e incluso en este momento. Esta parábola de las malas hierbas y el trigo que creciendo juntos es un llamado para que busquemos vivir en paz, buscando justicia, pero aceptando que nuestra diversidad es necesaria. ¡Que Dios nos ayude a vivir en unidad en medio de nuestra diversidad porque … nos necesitamos unos a otros para sobrevivir. Amén.
Oremos,
Amoroso y buen Dios, algunos de nosotros cuidamos cada palabra que decimos. En algunos casos, para abogar por quienes sufren injusticias. Otras veces por tener cuidado de no ofender a quienes que queremos. Perdónanos nuestro pecado de estigmatizarnos, dividirnos y olvidar que nos necesitamos unos a otros. Danos tu gracia para respetarnos mutuamente. Ayúdanos a no usar mentiras, lenguaje o acciones violentas para imponer nuestros puntos de vista. Infunde en nosotros la necesidad del uno por el otro, aceptando nuestras diferencias por el bien de tu Reino. Comienza a quemar nuestras malas hierbas ahora y desarrolla tu buena cosecha en nosotros. Te pedimos todo esto en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, quien vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Gracias por haber visto este segmento. Le agradezco si pudiera dejarme un saludo o un comentario, y si está en YouTube, ¡suscríbase, por favor! Hasta la próxima, quédese con la bendición de Dios.
El Señor te bendiga y te guarde. El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia.
¡El Señor alce hacia ti su rostro y te conceda la paz! Amén
+ Bp. Pedro
The Rev. Pedro M. Suarez, Bishop
Florida-Bahamas Synod, ELCA